El otro día, poniendo el árbol de Navidad, mi gato rompió una bombilla, de la guirnalda de luces.
Cuando la quería tirar, me percaté de que dentro se movía algo. Le pregunté a mi padre dónde estaba su lupa; me respondió: "Hija, está en los trastos, no la pierdas".
Me pareció algo contradictorio lo de no perderla, si ya estaba tirada por ahí; a pesar de eso, rebusqué ne le sótano y la encontré.
Me apresuré para verlo más de cerca, y lo que encontré no os lo imagináis.
Dentro había un duende trabajando en madera. Al verlo, miré en otra bombilla que no estuviera rota: otro duende se asomaba, trabajaba con tela.
Le conté lo sucedido a mi hermana, soltó una pequeña risita y me dio un libro de "Elfos"; lo estudié y entendí todo.
Resulta que las pequeñas criaturas trabajaban dentro de las bombillas haciendo juguetes; cada una con un material, y se hablaban por largos cables de electricidad, como un teléfono de hilo.
Mayra
No hay comentarios:
Publicar un comentario