sábado, 20 de septiembre de 2014

"Aventuras con don Quijote"

Intentaríamos pasarlo bien con él, aprender cosas de caballeros. Trataríamos de que nos escuchase y hacerle entrar en razón de que sus visiones no son reales.
Sería un buen ayudante, viajaríamos por todo el mundo y conoceríamos muchos países.
De todas formas, de leer sus historias, acabaríamos creyendo en mitos inexistentes; incluso podríamos volvernos locos y cacabar vestidos de caballeros.
Alicia probó a ir con él, lógicamente en el burro; pero como cada vez iba perdiendo más la cabeza, lo dejó y regresó a su casa.
Álvaro fue a palacios, a ver si salvaban a alguna princesa. Encontraron a un ladrón robando y lucharon, por lo que les regalaron un caballo y cenaron todo lo que les apeteció.
Olga vio que lanzaba su lanza a un perro pensando en un posible enemigo.
Nicolás Gómez se convirtió en su escudero, yendo muy atento por si hacía algún que otro disparate. Pasaron por lagos, ríos, montañas... El hidalgo pensaba que una piedra era una esmeralda, un pez una espada, las aves arcos... Por lo que tuvo que explicarle lo que eran, cuestión muy complicada.
Raquel Loureda fue a vivir mil aventuras: lucharon contra el Paraguas de el Burgo, contra los árboles del paseo marítimo y con las barcas de la ría, que eran monstruos marinos. Lo pasaron genial.
Sheila no pudo convencerle de que el Ayuntamiento de Cambre no era su adversario, los árboles ogros, las casas villanos malvados. ¡Quería pelear con todos! Eso sí, consiguió que razonara y la llevase hasta el colegio.
Con Alejandro, fue a luchar con Chungo, un rey bandido que acabó matánsose a sí mismo.
Alejandra, paseando, se encontró un globo y decidieron subir. Subieron y había un mono, al caballo le daba miedo y el animalito chilló, por lo que Rocinante le dio una fuerte patada a su amo; éste se quedó colgado hasta que consiguieron aterrizar.
Nicolás Rioboó pasó cerca de una cárcel y le resultó difícil hacerle comprender que los coches no eran guardias y que los presos cumplián condena por malvados.
Víctor estaba muy sorprendido cuando lo eligió de compañero. Su primer día fue horroroso. Iban por una carretera, pasó un coche y él lo intentó frenar pero no pudo; pensaba en niños secuestrados y que habían logrado escapar.
Iván iría cabalgando por toda Europa: por el monte, por la playa, por los pueblos, siempre luchando con la justicia con su lanza y su espada, respectivamente. Tendrían armaduras de acero inoxidable. Dormirían en sacos de dormir muy acurrucaditos.
Su primera aventura fue matar a un trol gigante, tras lo que fueron a repostar energías a un bar. Luego, encontraron a un brujo, le quitaron la varita y lo encerraron; más tarde, a un grupo de duendes. Y así continuarían hasta la muerte...
Juan iba cabalgando cuando don Quijote vio un toro que se dirigía hacia ellos. Se trataba de una moto, que lo atropelló; pero se levantó y empezó a aporrearla, a darle golpes con una lanza. Al final, vinieron unos policías, lo arrestaron. ¡Y así se acabaron las aventuras!