miércoles, 15 de noviembre de 2023

"Un día en mi vida perruna"


¡Hola! Me presento. Mi nombre es Cuscús. Vivo en una casa con cuatro humanoides más. Dos de ellos son un poco más pequeños: mis hermanas Sara y Ainhoa.

Mi vida es genial, lo único que hago aquí es relajarme; vivo como un marqués.

Por la mañana, mientras toda mi familia se levanta, mi padre me saca a la calle para que haga mis necesidades. A veces me pone un chaleco de color rojo con el que parezco un bombero. Sé que me lo coloco porque fuera está lloviendo, pero igualmente prefiero mojarme a ponerme algo tan incómodo. Mientras, en casa mis hermanas desayunan y mi padre las peina.

Cuando salen de casa con papá, me quedo con mamá  esperando a que este vuelva. Cuando llega, los dos se ponen manos a la obra. Esta empieza a limpiar la casa y a realizar alguna tarea del trabajo por el ordenador, y el otro a preparar la comida.

Durante la mañana me pasa muchas veces que, cuando mamá limpia, saca un robot gigante de color amarillo y negro que tiene un palo larguísimo que aspira todo. Me da mucho miedo y me pongo como un loco a ladrar e intentar romper el cable con mis dientes, pero mamá siempre me lo impide. ¡Me vengaré...!

También estoy toda la mañana detrás de mis dueños pidiéndoles todo pesado con mi carita de ángel, que por favor me tiren la pelota, aunque ellos no lo hacen.  Además les he oído decir que soy "más cansón" que un bebé que llora todo el rato. La verdad es que los humanos son muy raros y nunca entenderé sus expresiones.

A veces, cuando me porto bien, me encanta que me den chuches caninas, sobre todo, los palitos de pollo; para conseguirlos, tengo que hacer un par de cosas: sentarme, tumbarme y dar la pata. Como soy muy inteligente, siempre lo hago bien y me salgo con la mía.

Al llegar mis hermanas a la hora de la comida, siempre me tumbo en el suelo observando cómo comen todos ellos; y papá siempre me dice que soy "un velón", lo que significa que me quedo mirándolos pretendiendo que me den por lo menos un trozo de carne, aunque casi nunca es así.

Os voy a contar un secreto que nadie sabe aparte de mi familia: durmiendo y estando con mis hermanas, me tiro unos cuantos "turbos" (pedos); como dice Ainhoa, "soplaos" y olorientos. ¡Qué, que tú también te los tiras! Espero que me guardes el secreto, porque sino... Madre mía, ahí sí que te la voy a liar yo soltándote un turbo XXL muy oloriento.

* Por cierto, he usado palaabras colombianas como: cansón y velón. Así aprenderéis un poco de lenguaje latino.

Sara

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