"¡Flor única!"

Había una vez una flor blanca con su polen amarillo. Era la única del prado.

Un día una abeja le pidió un poquito de polen, y le dejó.

Después, una luciérnaga, perseguida por unos mosquitos.

- ¿Puedo esconderme? - le preguntó.

- Claro, no creo que haya ningún problema.  

Y se ocultó en uno de sus pétalos.

Al día siguiente, una hormiga que quería poner sus huevos en la flor. Por la tarde, un caracol que tenía mucha hambre:
- ¿Puedo comerme un trozo de tu hoja?

Aunque estaba hecha polvo, le dijo que sí.

El viernes, una araña, que quería construir su telaraña. En un primer momento se negó pero, al verla tan triste, aceptó.

El domingo fue una hermosa mariposa, que quería poner en ella su capullo; suspiró y afirmó.

Asó ocurrió con una mariquita, una oruga, un grillo, una libélula, una cigarra, un pequeño escarabajo, un gusano, un saltamontes, una avispa...

Cuatro meses después se fueron todos, satisfechas sus necesidades.

La flor murió de tanto peso en su frágil tallo.

¡Y tenemos la manía de arrancarlas por diversión!

Noelia