martes, 7 de noviembre de 2023

"Mil cien versos"


En la aldea de mi tía vivía hace muchos años un  señor, que no volvió nunca.

Se llamaba Juan, vivía a dos calles de la casa de mi tía Lola; siempre se ponía a escribir cartas los días de lluvia, y el resto los dedicaba para leer sobre astronomía. Su sueño era ser astronauta y escritor al mismo tiempo.

Un día le invitaron a participar en un concurso de poesía, al que no se quería presentar, ya que decía que no se le daba bien. A los dos meses, cuando salieron los resultados, acabó siendo él quien ganó; se dio cuenta de que la poesía le atraía más que las cartas y empezó a centrarse más en ellas.

Mi tía los fines de semana se reunía con él y algunos vecinos, a los que les contaba lo que había escrito el día anterior. Así durante días, semanas, meses, hasta que en un momento se preguntó: "¿Por qué no juntar mis dos pasiones?"

Estudió la manera de hacerlo durante veinticinco años y, cuando encontró una respuesta a ello, la realizó.

Un día se presentó en la aldea y dijo: "Haré lo imposible, juntaré mis dos pasiones en mi proyecto, escribiré mil cien versos y los amontonaré uno por uno en forma de escalera, luego subiré y llegaré a la Luna".


 Eso mismo hizo y nunca más se supo nada sobre él.

Los rumores dicen que desde allí arriba recita poesías cada noche, cumpliendo así su sueño.

Mayra

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