Cuando eres un niño, ves la vida de otra manera: felicidad, alegría y millones de arcoiris.
Nos dicen que podemos cambiar el mundo y mejorarlo, contamos con el poder para ello; nuestra mente más abierta; incapaces de quedarnos quietos o callados durante más de dos minutos; no nos cuesta mucho aprender; si nos dicen algo, nos queda en la cabeza.
Ojalá no creciéramos: aprendemos en el colegio, jugamos con los amigos y con la familia, nos divertimos; somos optimistas, le sacamos el lado bueno a todo. ¡Somos los reyes de la felicidad!
De adultos todo es muy diferente: el mundo se vuelve gris, solo importa el dinero... Infelices, ya no hay arcoiris, sino nubarrones y tormentas. ¡Una pesadilla!
Adrián
No hay comentarios:
Publicar un comentario