Voy a contar algo que pasó hace poco tiempo, más o menos hace un mes.
Tengo unos vecinos muy buenos y agradables. Se llaman Luis y Carmen, una pareja de sesenta años; pero no voy a hablar de ellos, sino de su perro Marcos, un beagle: atlético, amable y muy juguetón.
Un día lso encontré y lo llevaban a dar un paseo; les pregunté si podía ir con ellos y aceptaron.
Estuve jugando con el perro, y es increíble cuanto corre, no para un momento.
Tengo una pulsera deportiva que cuenta los pasos que das y tuve la idea de ponérselos al sabueso. Al final de la tarde comprobé que marcaba treinta mil pasos, y pensé cómo podía haber hecho tanta distancia.
Acabé cómodo y seguro que pronto repito.
Álvaro
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