En su cerebro brillan las ideas. Tiene el pelo gris ceniza de oso polar. Sus ojos son verdes como las plantas de mi casa y tan bonitos como dos estrellas. Cuando habla muestra sus dientes blancos como este folio. Sus oídos son como los de un murciélago. Delgado como una cuerda.
Camina elegante como un caballo de pura sangre. Viste como un auténtico duque y con sus zapatos de claqué parece que nos va a dar clases de baile.
Educado, serio y formal. Sabe más que la Wikipedia, es matemático de pura raza. Bueno como el pan y dulce como una magdalena aunque ruja como un león. Hiperdivertido, tan alegre como un cascabel; a veces hace tonterías como si estuviera en una película de comedia, nos partimos de risa. Siempre es positivo, por lo que encuentra soluciones en los momentos malos. Ordenado como una biblioteca.
Durmiendo un minuto está fresco como una lechuga a la mañana siguiente.
Con él trabajamos quinientas horas semanales. Es exigente como un militar, se involucra desinteresadamente por sus alumnos como una ONG, rápido como una calculadora y justo como un juez. Difícil mejorar su letra.
Le encanta enseñar cómo es la vida. Nos cuenta millones de anécdotas.
¡Nunca pierde su batalla diaria! Si tuviera que llevar un nombre, sería "Tochoman".
Le gustaría hacer deporte como Rafa Nadal, pero no puede. Su corazón es merengue.
Aunque a veces se enfade quinientas veces, hay quien lo quiere con todo su corazón.
(Este texto no deja de ser más que una descripción hiperbólica...)
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