martes, 3 de marzo de 2015

"Cupcakes fugitivas"

Una vez una chica llamada Raquel estaba haciendo unas "cupcakes" de chocolate blanco (la verdad es que tenían muy buena pinta).
Había un gran problema que a ella le daba igual: su horno tenía un agujero bastante grande, por no decir enorme.
Las acabó y las metió en el aparato.
Ella se fue a hacer varios recados y tardó aproximadamente cuatro horas.
En el horno hubo una reacción; y no te los vas a creer:
"Las cupcakes cobraron vida".





Salieron del horno causando estropicios. Le fastidiaron la encimera, el microondas, arañaron las puertas, tiraron el sofá por la ventana...
Cuando volvió, se encontró con todo lo que habían hecho. No le dio importancia y la casa quedó patas arriba durante todo el día. No lo quiso recoge porque le daba pereza y se fue tan tranquila para cama.
Al día siguiente observó que su hogar estaba el doble de desordenado.




De esta vez se enfadó bastante y llamó a la policía. Quería coger su coche, pero una cupcake se lo había fastidiado.
De repente, los agentes empiezan a recibir llamadas de toda Marinolandia, en donde no funcionaba ningún electrodoméstico. Todos se quejaban.
Pusieron un cartel:
"Quien encuentre a las culpables, se llevará un premio de 14.000 euros".
Toda la ciudad se puso a buscar como locos a ver si las encontraban.
Pasaron dos años y aquel lugar seguía igual.
¡Siempre lo mismo! Hasta el 12 de mayo de 3.217, cuando aterrizó un ovni; y hacia allí se dirigieron.
Pasadas dos semanas, los extraterrestres bajaron.
Un  niño gritó: "¡Gru, el de la película!" 
Dijo que venía a comer las magdalenas.


  


Los grus las encontraron, se las comieron y marcharon a su planeta.
¡Todo volvió a la normalidad!

Lena y Paula

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