Había una vez un pueblo donde vivía un caballero, se llamaba Andrés.
Un día, el rey recibió una carta en la que ponía: "Le mando esta carta porque hay algo que tiene que saber, hay un dragón cerca de su localidad".
Andrés estaba espiando y pudo ver el mensaje. Fue en busca del animal y llegó a desiertos, sabanas, selvas..., pero nunca lo encontró.
Al volver al pueblo, lo que vio fueron llamas. Significaba que el dragón estaba allí.
Lo encontró, luchó con él, pero se dio cuenta de que tenía una cría. Dejó que se fueran, pero lo que tenía a su alrededor era fuego.
Carlo
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