Entonces tuvo que venir a España. No se puede decir que le apeteciese porque su abuela había muerto aquí.
Su idea era comprar un cerdo, sabía que había muchos: grandes, pequeños, recién nacidos, mayores...
Le gustó tanto uno, que era un lechón. Le llamó Jorge y volvió con él a Noruega, donde vivieron siempre juntos, sin hacerse ningún daño.
Jara

No hay comentarios:
Publicar un comentario