Mientras sus amigos se divertían entre las nubes, él prefería caminar mirando las mariposas o volar bajito cerca de los árboles.
Un día, los dragones de burlaron de él. Se entristeció, pero siguió sin volar alto.
Una noche, el pueblo cercano se quedó sin luz y fue el único que pudo ayudar. Encendió su fuego suavemente, consiguiendo iluminar los caminos y devolviendo la luz.
¡Desde entonces, todos vieron que era especial!
¡Ser diferente no es malo!
Luka

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