Mike es un chico fuerte, alto, delgado; tiene cara redonda, pelo teñido de azul, ojos grandes de color verde oscuro, boca pequeña, le falta un diente. Tiene diez años, mide 1´47 metros.
Suele vestir con pantalón vaquero azul, camisas de colores oscuros y botas de agua.
Es inteligente, listo, un poco gamberro (le gustan las bromas), habla mucho, y muy deportista.
Le gustan las patatas fritas, los magos, los humoristas; le encanta la playa y ayudar a su padre con la cosecha.
Llevaba días lloviendo muchísimo, cuando fueron a la huerta; vieron que estaba todo inundado, la cosecha se había echado a perder. Tenían que comprar en la aldea más próxima semillas para sembrar.
Pero dicha aldea estaba a doscientos kilómetros, así que cogieron la avioneta. Pasaron zonas de costa, islas vírgenes, praderas y praderas, montes y, por fin, llegaron al pequeño mercado de la calle San Fernando.
Había puestos de comida y allí compraron las semillas. Había un gran problema: no tenían suficiente dinero para pagarlas; por ello, decidieron recoger agua de un pozo y venderla por las puertas, pero no consiguieron nada.
Así que se fueron a una isla donde recogieron mucho marisco para vender. Esta vez sí que funcionó, todos los vecinos acudieron a la plaza a comprarles lo que habían pescado ya que, como eran de interior, no tenían la posibilidad de comer marisco muy a menudo.
Volvieron a su casa, sembraron y Mike ya yenía tiempo para gastar bromas a sus amigos.
Manuel
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