miércoles, 15 de marzo de 2017

"La cueva Sotobosque"

David es un niño de catorce años, hijo único.
Tiene la cara delgada, tez blanca, algunas espinillas, ojos grandes de color azul, nariz con forma de calabacín, boca pequeña, orejas de duende.
Mide 1,60 metros (es el más alto de su clase); como es bastante delgado, le llaman "el fideíto".
Viste siempre con ropa deportiva, pantalón azul y sudaderas de color gris, chaleco, tenis o botas de fútbol.
Tímido, callado, divertido, aventurero, alegre, juguetón, inteligente, listo y agradable.
Le encantan todos los deportes, jugar con su perro Roleyes y explorar.

Llegó el mes de julio y como todos los veranos iba a pasarlo a casa de sus abuelos, en Villalba (Lugo).
Siempre lleva a su perro, para que le haga compañía, porque solo se aburre.
Una mañana salió a pasear y se adentró en el bosque cuando de repente el animal empezó a ladrar sin parar; se acercó y al apartar unas ramas descubrió una cueva: Sotobosque. Había oído a su abuelo contar historias de la misma.
Como era tan valiente, se metió dentro a explorar; pero estaba tan oscuro que tuvo que sacar la linterna. Se adentró en un pasadizo y encontró un fósil.
Salió corriendo a avisar a su abuelo de lo que había encontrado. Lo contaron en el ayuntamiento, mandaron a un grupo de arqueólogos, y a él le dieron una medalla por su descubrimiento.

Manuel

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