Había una vez un gigante que vivía en una cueva cerca de un bosque. Era bueno, pero los niños le tenían miedo porque era muy grande y súper fuerte, con una cabeza redonda, la nariz como un pimiento y diez pelos.
Un día, unos críos estaban jugando al escondite cuando pareció un león fiero y hambriento con un leopardo, que siempre lo acompañaba a cazar. Con tanto miedo, se fueron corriendo:unos a los arbustos, otros a un árbol.
Uno tropezó y cayó al ver que se acercaban. Se puso a gritar y vino el gigante, que espantó a los animales y le ayudó a levantarse. Le dio las gracias y le presentó al resto de amigos.
Desde aquel día siempre jugaron al escondite juntos, aunque el gigante perdía muchas veces: al ser tan grande, siempre lo veían.
David López
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