lunes, 26 de octubre de 2015

"Descripciones hiperbólicas" (IV)

El amanecer de su rostro; las perlas de sus ojos caminan en busca de objetivos, tan bonitos que nadie se puede resistir a mirarlos; su pelo castaño de Rapuncel; de sonrisa brillante para deslumbrar, con la que ilumina a todos.
La primavera de sus pendientes es como un jardín veraniego.
Presumida, por lo que los espejos se giran para verla pasar.

Es una sirena llamativa de paz y tranquilidad. Tan amable como un ángel: siempre ayuda cuando se la necesita de verdad. Responsable como una madre. Interesante como un cuento.

El zorro de su inteligencia, lista como una ardilla. La máquina de su cerebro desordenada (cuando quiere): una habitación sin recoger. Trabajadora como una hormiga. Más rápida que una moto en cálculo mental; cuando lo hace, se le ponen los ojos grandes para ver los números bien. Nunca se rinde hasta resolver un problema.

Ahorradora como una caja registradora.

Fiestera como una luz de discoteca sin parar de moverse.



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