Desde su infancia, fue muy trabajadora y obediente.
Dos de los "chascos" más grandes que llevó: la muerte de su madre y ciertos desprecios familiares. ¡Lo pasó fatal!
Empezó a trabajar a los ocho años cuidando niños; a los trece en una fábrica de pescado; y cuando se hizo mayor, tuvo un marido y ocho hijos a los que cuidó muy bien.
A pesar de la muerte de su esposo, puede seguir disfrutando la vida.
¡Es una maravilla de abuela!
Laura
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