martes, 3 de diciembre de 2013

"El gran rescate"

En este relato hay tres protagonistas:
  • Link: con los ojos verdes y el pelo marrón, casi siempre va vestido de verde; amable y  listo; le gusta la acción y las peleas, le disgusta el frío y tener miedo.
  • Zelda: de ojos marrones y pelo rubio; buena, simpática, graciosa y divertida; no le gusta la lucha ni enfadarse.
  • Gaepora: el padre de la anterior, muy listo. Es el director de la Academia de Caballeros y el alcalde de Celestia.
Les encanta ayudar a la gente.

Un día en Altare (está en el cielo), Link estaba practicando con su pelícano (allí vuelan con ellos) para el torneo celeste. El ganador pasa de curso y, por ser el aniversario de la Academia, Zelda le entrega un manto hecho con sus propias manos que servía de paracaidas. ¡Y ganó Link!
Después de la ceremonia, ella oía voces, pensaba que no era nada y fueron a dar un paseo en pelícano, cuando de repente aparece un tornado.


 El escapa, pero ella no. Cuando despierta, le cuenta todo lo que ha pasado al padre de Zelda. Por la noche oye una voces, sale y ve un espíritu, lo sigue hasta la esfinge de la diosa Hilia. Entonces desaparece un trozo de la misma, entra y ve una espada clavada en un pedestal. Un espíritu llamado Eay  le explica que es divina; y le cuenta que por debajo del inmenso mar de nubes existen las tierras inferiores. Entra Gaepora, que la custodia desde hace largo tiempo, como elegido de la diosa.


Después le piden que alce la espada al cielo; de repente un rayo celestial descarga su poder en un símbolo que hay al fondo de la habitación, lo hace y sale un pedestal, le da una piedra que tiene un rubí verde, lo pone y de la boca de la esfinge sale un rayito de luz verde en el mar de nubes. Se prepara y va hasta allí, se tira, ve el suelo y abre el manto. Hay algo clavado en el suelo, que expulsa el rayo celestial y lo libera de un gran mal, de unos agujeros de los que empieza a salir aire.


Sube al templo y ve a una anciana al fondo. No dice su nombre, pero sí que su amiga se había ido por la puerta de la derecha. En su busca, ve a una persona vestida de marrón a la que están atacando, así que fue a ayudarla. Le dice que con unas estatuas puede volver a Celestia o seguir allí. Ve a otro monstruo atacando a una hierba, lo mata, se trata de una nueva especie. Entre tanto jaleo, se entera de que Zelda se fue por el sendero que está detrás del templo. Coge un tirachinas porque sabe que lo va a necesitar.
Ve un cristal, le dispara, se divide y se abre. Ya en la última sala, se encuentra con Grahin, muy enfadado, pero desata su furia y lo vence.
Tras atravesar una puerta, ve una estatua de la diosa Hilia, activa el sello, aparece otra piedra para el pedestal: ¡Ya está completo! Otro rayo de luz sale de la boca de la esfinge, lo sigue y llega a un volcán lleno de lava ardiente.


Va escalando  hasta llegar a la cima, donde encuentra un templo cerrado. Busca y encuentra la llave. Tiene que andar con mucho cuidado porque hay mucha lava. Nuevamente, aparece Grahim, tan enfadado con anteriormente, porque se le había escapado Zelda y no sabe dónde está; con una araña gigante de fuego tratan de vencer a Link y son incapaces de hacerlo.
Por fin, encuentra a su amiga, vuelven juntos a Celestia y el padre le da las gracias.

Nicolás Rioboó

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