Había una vez un conejo que vivía con niños. Un día su dueña fue a la finca a plantar patatas y dejó la puerta abierta... El animal se escapó y encontró a una ardilla llamada Celia que le dio comida. Al día siguiente conocieron a una tortuga.
La familia salió a buscarlo y lo encontraron, pero él no quería dejar a sus amigas, por lo que decidieron cogerlos a todos.
Los niños se quedaron muy contentos porque tenían tres mascotas.
Sheila
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