En junio del año pasado, unos niños de un colegio fueron a la playa de Sada a pasar el último día de clase.
Mientras estaban haciendo castillos en la arena, vieron algo al final:
¡Era un calamar muerto!
Era enorme, grueso y morado. Tenía ocho tentáculos muy largos.
Nicolás Rioboó
!QUE CALAMAR MAS RARO!
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