Sucedió que un buen día, había
un ciervo que corría de un lado para otro. No advirtió que cerca de
allí, había un león que al verlo pasar tan cerca, no resistió la
tentación de cazarlo para alimentarse, pues además de ser muy veloz era
uno de los animales más temidos del lugar.Pero
con lo que contaba el león, era con que muy cerca de allí también
estaba un oso, que muy pronto deseó también atrapar al ciervo para
saciar su hambre. De modo que ambos salieron detrás de su presa, que una
vez que advirtió el peligro, trató de escapar en vano.
El
problema era que cuando le dieron alcance y se dieron cuenta de la
presencia del otro, el oso y el león se enojaron bastante, pues querían a
la presa completa a como diera lugar. Fue así como empezaron a discutir
para ver quien se quedaba con ella, y no tardaron mucho en enfrentarse
en una gran pelea.
En eso paso por el
sitio una zorra muy astuta, que al verlos pelear y al ciervo estando a
un lado de ellos, comprendió el asunto de inmediato y quiso sacar
provecho.
Sigilosamente se acercó y aprovechando que loa otros estaban muy distraídos y fatigados atacándose, tomo al ciervo rápidamente y salió disparada a su madriguera a toda velocidad. Cuando los animales se dieron cuenta de esto, era demasiado tarde como para ir detrás de ella y no les quedo de otra, que pasar hambre ese día; además de sentirse muy humillados.
En ocasiones cuando no estamos dispuestos a compartir, perdemos lo que
con tanto esfuerzo hemos conseguido, a manos de seres que tienen muy
malas intenciones.