miércoles, 5 de junio de 2024

"De una crítica no constructiva a la realidad"

Teniendo en cuenta que llevo mucho tiempo escuchando comentarios sin sentido relacionados conmigo, ahora que voy a terminar con mis últimos cursos de 6º de primaria en mi carrera docente, voy a exponer lo que piensa el alumnado, no de mi tutoría, sino de la otra aula: 

- Los del curso pasado me decían que era muy exigente pero, ahora que vamos a acabar, no eras así, tan solo un poco. Nunca nos aburrimos contigo, y menos con tus anécdotas. Aprendí muchísimo, explicas muy bien, siempre eres paciente con todos y muy buen profesor.

- A principios de tercero, me acuerdo de que dabas algo de miedo porque me habían dicho que eras muy estricto y cosas por el estilo. No es así. Me costó acostumbrarme a tu ritmo; aunque, en realidad, tus clases se pasan muy rápido y son muy entretenidas. Espero que los que cojas el curso próximo se lo pasen genial y que aprendan mucho.

- Este año, al principio, te tenía miedo. Un día comencé a ver que tenías razón, que solo nos presionabas para ayudarnos. Te agradezco que nos rescataras, aunque fuera complicado. No solo hiciste las matemáticas más fáciles de entender, divertidas e interesantes, sino que nos preparaste para el instituto, por lo que debemos estar agradecidos.

- Cuando estábamos a principio de curso, nos dijeron que nos ibas a dar matemáticas y me puse muy feliz, porque quería que me siguieras dando clase, como en tercero y cuarto. ¡Solo te puedo dar las gracias por todo!

- Has sido un profesor hecho y derecho que, aun llevando el curso con calma, hemos acabado el temario. Nos ha sobrado tiempo. Eres un profesor de los antiguos, de los que saben lo que dice y se entiende todo aquello que explicas; no quedan muchos con algo de idea. ¡Gracias por todo!

- Al conocerte, fui perdiendo el miedo, me fui acostumbrando, me gusta como explicas, contigo aprendí mucho. Me ha gustado que me dieses esta asignatura.

- Lo he pasado muy bien contigo. Darte las gracias por todo lo que nos has enseñado; también aquellos momentos en tercero y cuarto. Algún día vendré a saludarte y a preguntarte cómo te va con tu nuevo curso.

- Ya sabía como eras. Suponía que ibas a ir más rápido. Me gustó mucho este año contigo.

- Creía que no iba a entender nada, pero no fue así. Resultó que Genaro fue un profe majo y gracioso, y aprendí mucho. tampoco fue tan difícil. Tenía miedo a salir a la pizarra, pero fue desapareciendo poco a poco. Aprendí más que en ningún otro. ¡Gracias por todo!

- Este curso me ha encantado. Gracias por habernos cogido, porque antes las odiaba y no las entendía; cuando nos cogiste, me empezaron a gustar y comencé a entenderlas. No hay ni una sola clase contigo que no me hayas hecho reír hasta llorar de la risa. Me fui acostumbrando y estuve mucho más tranquila. Con tus anécdotas te conozco mucho mejor; eres uno de mis profesores favoritos por que eres muy gracioso y explicas como ninguno. Si vuelvo al colegio cuando esté en el instituto, sin duda, el primer profesor que veré serás tú.

- El primer trimestre, pensaba que eras terrible (porque aun no te conocía); con el paso del tiempo vi que no era sí. Eres un profesor excepcional; eso sí, no se te puede tomar de coñas porque te cabreas y es probable que montes una pirula. Me ha gustado lo que aprendí.

- Creía que íbamos a ir más rápido, pero el ritmo fue normal. Aprendimos mucho. Ojalá tuviéramos más tiempo para poder realizar esas "operaciones chinas". Me encantó poder ser tu alumna en tercero y cuarto, me lo pasé genial: tu forma de explicar, las anécdotas y muchísimas cosas más. Ojalá tus próximos alumnos disfruten como nosotros.

- Recuerdo cuando en tercero entraste por la puerta. Pararon las dudas y nos enseñaste a dividir. Yo siempre levantaba la mano. Me alegré mucho al enterarme de que en sexto nos ibas a dar matemáticas. Tu clase fue un refugio; además, siempre tuve abiertas las puertas de tu tutoría  en los recreos. Nunca olvidaré lo que has sido, el mejor profesor que tuve y tendré.

- Al enterarme de que me ibas a dar esta asignatura, sí que me asusté un poco, hay que reconocerlo; con el paso del tiempo dejé de tenerte miedo (por decirlo de alguna manera). Me acuerdo de un día que mandaste una ficha con una división, que no sabía hacer; me dijiste: "No te preocupes, que te ayudo". A partir de ese momento me calmé. Lo mejor de todo son tus anécdotas, muy entretenidas y sorprendentes. Sinceramente, te agradezco haberme enseñando tanto y hacerme pasar buenos momentos.

-  Me habían dicho que eras muy estricto y, claro, nunca había tenido un profesor así. Mi nerviosismo (por salir a la pizarra) me pasó rápido. Si hay que hacer una broma la haces, y si hay que ser intenso lo eres. La verdad, estoy muy contento de que me des matemáticas. Cuando nos enfadamos por tonterías, al final siempre acabas teniendo la razón. Gracias por este curso y por todo lo que nos has enseñado.

- Ha sido un curso diferente y muy rápido, el primero en el que salí a la pizarra tantas veces y saqué tan buenas notas. De haber estado otro profesor, no estaría tan atenta. ¡Me gustó!

-  Cuando me enteré que ibas a ser tú mi profesor de matemáticas, la verdad es que estaba un poco nervioso; pero a medida que te fui conociendo, me di cuenta de que eres totalmente diferente a lo que imaginaba. Me enseñaste muchas cosas: raíces cuadradas, reglas de tres... Lo que más, poder aprender pasándolo bien.

Por mi parte, la satisfacción de saber lo que piensan de mí; y me gustaría que supiesen el cariño que les tengo a todos y a cada uno de ellos.

Además de mi responsabilidad como docente, comentarios como estos creo que algo de razón  me dan en lo expuesto al principio de este escrito.

Si aportan alguno negativo, por supuesto que lo he de añadir:

- Me gusta más que seas profesor de  esta asignatura que tutor. En tercero y cuarto explicabas un poco peor que ahora, por lo que no entendía mucho. Con las historias que cuentas nos ahorramos los rollos matemáticos.

Genaro Veira

2 comentarios:

  1. Después de estos años de conocerte por lo que decían nuestros hijos he visto que te echan de menos, por algo será. Al final de todo te llamé y te dije las cosas buenas y malas que pensaba que tenías. Pero hay algo que no me cansaré de hacer y es darte las gracias por el tiempo dedicado a nuestros hijos, tu preocupación y tu apoyo y por supuesto lo mucho que han aprendido, llevan muy buena base, solo les falta continuarla ellos. Gracias infinitas y suerte. Familia Torvisco

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  2. Agradecer vuestras palabras. Personalmente, mis alumnos son mucho que eso. Si logro llevarlos a mi objetivo, encantado. El hecho de que se reconozca mi labor es algo que siempre he estimado; aunque estoy más habituado a la crítica.

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