miércoles, 5 de junio de 2024

"Mil escalones"

Siempre me he preguntado qué son los recuerdos. Son como el agua: se van formando poco a poco; pero llega un momento que se tienen que evaporar, desaparecer y no se sabe a dónde van.

Hola, soy Iván, y tengo diez años. Ayer fue mi cumple, y siempre me dicen que aun sigo siendo el mismo que hace cinco años. No me acuerdo.

Fui a visitar a mi abuelo y le pregunté si se acordaba de cómo era cuando tenía la edad nombrada antes. Lo que me respondió fue bastante sencillo: 

"Los recuerdos son como una escalera, pueden ser malos y buenos escalones;  pero llega el momento en que necesitas más, aunque no tienes espacio, por lo que debes quitar uno para poner otro".

Al principio no le di mucha importancia, mas fue pasando el tiempo hasta llegar a los veinticinco, cuando me casé. Dicho recuerdo ocupaba mucho, por lo que me vi obligado a sacar unos cuantos escalones.

Llegué a los cuarenta, me acordaba del día de mi matrimonio. Tuve una hija.

A los cincuenta y cinco me ascendieron a un puesto muy importante: director de una empresa. No duro mucho,  a los setenta y siete me tuve que jubilar. Le dejé el puesto a mi hija, que dirigió todo muy bien.

A los setenta y ocho me tuvieron que trasplantar el corazón; no tenía dinero suficiente: mi hija lo pagó todo.

Ahora, con ochenta y nueve, solo me acuerdo de los escalones más importantes: "Los que nunca se quitan".

Noelia

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