martes, 20 de septiembre de 2022

"El túnel mágico del bosque encantado"


En un lugar en Galicia, existe algo de otro mundo. Un día, paseando, me pasó algo muy emocionante.

Era viernes por la tarde cuando salí del cole a las cuatro. Me recogieron mis padres y mi hermana, que habían salido cinco minutos antes que yo. Nos dirigíamos al coche cuando me dijeron que yenían una sorpresa, yo estaba muy intrigada.

Nos montamos y fuimos a Santa Cruz a un parque natural. Comimos allí y cuando nos íbamos a ir, encontré entre la maleza una especie de túnel en el borde del acantilado del parque.

Lo observé durante un tiempo y, como soy muy curiosa, decidí entrar. Estaba todo muy oscuro, pero lo que encontré fue algo mágico.

Aquí empieza la verdadera historia:

Vi una luz a lo lejos y corrí hacia allí. Bajé unas escaleras de algo que parecía ser caramelo y, al llegar abajo, encontré: muchos elfos, unicornios, nubes de azúcar, árboles de chocolate, un Pinocho, a Caoerucita Roja... Era un mundo de fantasía.

Llamé a mi hermana y a mis padres y nos montamos en los unicornios, nadamos y nos lo pasamos genial. Pero la diversión acabó pronto; cuando intentamos salir esa misma noche, descubrimos que las escaleras habían desaparecido. Como no entendíamos nada, nos acercamos a un enanito y le preguntamos la razón de esto:

Mayra - Perdone, nos podría explicar por qué no hay escaleras.

Enano - Es porque hay luna llena.

Y claro, en ese país mágico siempre es luna llena, excepto un día: el lunes. Tendríamos que estar allí dos días más.

El primer día estuvimos saboreando una comida típica: "salchipapas", que es lo mismo que pepino en forma de salchicha y setas multicolor en forma de patatas fritas. ¡Mmm!¡Qué rico!

El segundo, volamos con las hadas del bosque nocturno, ya que nos espolvorearon con polvo lunar. Fue muy interesante.

Estábamos todos muy cansado y echábamos de menos nuestra casa, pero al día siguiente volveríamos.

(A la mañana siguiente)

Gallo elfo - ¡Tlin quiri qui tlin!

Nos despertó a todos. 

Cogimos nuestras cosas y salimos corriendo, para llegar a tiempo a la cueva. Nod despedimos de todos por el camino. Estábamos en frente del lugar. Cuando menos nos lo esperábamos, empezó a brillar una luz delante de nosotros: las escaleras de caramelo. Antes de empezar  a subir miramos al bosque encantado con una sonrisa en la cara y dijimos a coro: "¡Volveremos aquí!

Mayra

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