Un niño llamado Mateo vivió un día diferente.
Empecemos. Como siempre, su madre le despertó a las 8:00 horas; y después le dijo: "¡A cenar!
No entendía nada, pero decidió no darle importancia.
Luego se cepilló los dientes y se vistió, pero todo normal.
En clase, entró por la puerta el profesor de Matemáticas, que les tocaba a última hora; en aquel momento tenían Historia.
Decidió mirar el horario y... ¡Estaba todo al revés!
Salió muy confundido. Llegó a casa y su madre lo llamó para merendar. Seguía más confundido; y más teniendo en cuenta que por la tarde lo avisaron para comer.
Pensaba que era una broma o un sueño, pero no...
Ya se empezaba a cabrear; se fue a la cama, pensando que al dormir esto se terminaría.
Al día siguiente todo volvió a la normalidad.
Antón
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