El estado de alarma está en su
recta final, pero uno de los temas con más polémica son las mascarillas.
La primera cuestión es si llevar
o no a la calle la mascarilla; nuestra familia no la lleva, aunque con la nueva
normativa van a ser obligatorias, lo que ha generado muchas críticas, sobre
todo porque esto se apruebe en la desescalada y no en el culmen de la epidemia;
yo creo que la aprueban ahora para que las compremos nosotros y no haga falta
que las proporcionen en el súper, por ejemplo.
El segundo punto rojo son las
personas que creen que todo el mundo debe llevar mascarilla, lo cual es un gran
error; en realidad, sólo la deberían tener los contagiados y los que estuvieran
en contacto con los enfermos; si esto ocurriera así, no habría más contagios.
No sé cómo va a acabar esto,
supongo que el coronavirus va a ser un virus más, como la gripe, conviviremos
con él y si no nos toca de cogerlo este año será para el que viene y punto, sin
más lógica.
A partir de ahora valoraremos
mucho más nuestra rutina habitual, como tantas otras cosas que nos van a hacer
mejorar como personas, la cuarentena no está siendo tan negativa…
Manuel
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