Muchas veces pienso qué pasará cuando me muera. Es algo que prefiero olvidar y centrarme en: qué comeré, qué haré o llevaré de ropa.
Me he planteado: Y si..., por ejemplo, no hubiera hecho esta redacción; o si nunca hubiese probado el guacamole. Me hubiera perdido algo bueno, aunque para conseguirlo, en determinados momentos, tuve que sacrificarme.
Pienso que cuando alguien mienta, no siempre hay que reaccionar - eso creo.
A veces pasan por mi cabeza: palabras sin sentido, practicar nuevos deportes porque sí, activarme de repente.
Con nuestra imaginación desbordante podemos imaginar desde estuches con pañales hasta cuerdas con sombrero.
En resumen, nuestro cerebro es increíble y hay que cuidarlo; dejar desbordar nuestra imaginación con cierto sentido común.
Lola
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