martes, 16 de enero de 2018

"El mundo de Eugenio"

En la ciudad Fairy, vivía un niño llamado así.
En su casa, era el único que vivía al revés: se despertaba y, en vez de ducharse, se revolcaba en el barro; todos los fines de semana se levantaba a estudiar, y los días de clase jugaba...

Y así hasta que llegó al instituto. Su madre no paraba de reñirle. El se fue dando cuenta que tenía que cambiar.

Lo primero que hizo fue escaparse, encontró un bar que no conocía y entró. Dentro, había como una pequeña discoteca donde estaban todos sus amigos. Se quedó hasta muy tarde. ¡Había fiesta de la espuma con jabón "Fairy"!

Cuando llegó a casa, sus padres se enfadaron tanto que no le dejaron cenar. No volvió a escaparse y cambió. Desde ese momento, dejó de ser el niño que vivía al revés.

Antía

lunes, 15 de enero de 2018

"Una broma pesada"

Una mañana, mi madre y yo decidimos gastarle una broma a mi hermano.

Me metí en el baño y me senté en el váter. Al rato, tiré de la cisterna.
Mi madre entró en ese momento y asustada empezó a gritar:
¡Oh, no, Diego ha desaparecido, se ha colado!

Mi hermano, al oírla, entró todo preocupado: ¿Y ahora qué hacemos? Y la miró tremendamente asustado.

De repente abrí las cortinas de la bañera y aparecí. Nos reímos, pero él estaba muy enfadado.

Diego

"Un día de excursión"

Era un invierno muy frío. Decidimos coger: guantes, abrigos, gorros..., y un chaleco para mi perro.
Como íbamos a la nieve, pensamos: cogeremos un trineo para tirarnos juntos.

Se me pasó por la cabeza cómo se le iban a quedar las patas allí; cuál sería su reacción al bajar del coche y ver todo blanco.

Llegamos, preparamos el equipo, abrimos la puerta del vehículo, ella se lanzo: ¡Estaba feliz!

Montamos en un telesilla. A pesar de la altura, el perrito no estaba mal.

Luego, nos tiramos por la montaña, echó a correr y empezó a dar vueltas de acá para allá.
¡Que sorpresa nos dio cuando se quedó medio enterrado! Subía y bajaba. Pensamos que no sobreviviría pero no fue así.

¡Regresamos fríos, pero felices! 

Darío

"Cigüeñas"

Siempre se dijo que estas aves traían los bebés, pero actualmente lo hacen los drones.

Las cigüeñas siempre chocaban con un cristal porque no lo veían.

Como todo ha evolucionado, ahora ellas reparten lo equivocado: paquetes, barras de pan y chuches. Así que a vecs aparecen las golosinas pegadas al cristal, los paquetes en el tejado y las barras de pan en la chimenea.

Los drones son más listos, vuelan más rápido y van por control remoto; pero en alguna ocasión se pueden descontrolar y llevar el bebé a otros padres...

¡Vaya caos! Esto parece un mundo al revés, mejor era como antes.

Ariana

jueves, 11 de enero de 2018

"Cómo me llevo con mi hermano Iago"

Tiene seis años y siempre que estoy haciendo algo me molesta...

Lo que más me gusta de él es que ya aprendió a leer en alto.

Me rompió muchas cosas, y yo  a él, pero NOS QUEREMOS MUCHÍSIMO.

Compartimos todo. 

Cuando va a entrenar al fútbol, yo estoy en la pista con mi scooter, muy bonito, de colores negro y rojo.

Iria

"Qué te puede ocurrir si abres la boca..."

Pueden pasar muchísimas cosas:

- Se te infiltre un insecto, ponga huevos y te consuman los bichos.

- Correr el riesgo de decir algo que no debes.

- La mandíbula se agarrote y, cuando quieras volver a cerrarla, no puedas.

- El que tengas al lado te meta el dedo en la campanilla.

- Abrir el músculo y romper con los dientes uno de los tochos.


Manuel

Normalmente abrimos la boca cuando hemos dormido poco o mal y tenemos mucho sueño. Otras veces cuando algo nos sorprende; por ejemplo, cuando trabajamos demasiado en clase.

Pero lo gracioso está cuando pasan extrañas cosas. Te puede entrar un mosquito o una mosca. ¡Qué asco! ¿Si por lo menos estuvieran fritas!

Lo peor de todo es que te pillen tus compañeros. ¡Qué horror! Te pueden llamar de todo.

Así que lo mejor será poner la mano delante o pensárselo dos veces antes de abrirla.

  Ariana

Cuando abro la boca para bostezar, pienso que van a venir unos pasteles volando y yo sin masticar me los trago; pero, en vez de eso, sólo trago moscas y mosquitos.
También pueden venir lacasitos como balas; pero vienen abejas con sus aguijones.
   Lola

Si miro al suelo, suelo recordar y centrarme en momentos graciosos.
Un día estábamos mi madre, mi hermana y yo en la sala; les pedí que bailaran pero se negaron. Al final, con la ayuda de la pequeña, la conseguimos levantar pero... ¡Se volvió a tirar en él! No nos hicimos daño. 
¡Nos reímos un buen y largo rato!
Antía 
 
Cuando bostezo tengo unas cosquillas en la boca, como si estuviese en las nubes.
Lo siento tanto que me parece que estoy borracho. Me quedo muy a gusto. Es algo difícil de explicar, pero es una sensación única.
Lo hago por la mañana, por la tarde y por la noche y siempre me sienta bien.

Niko
 

martes, 9 de enero de 2018

"Las baldosas"

A las diez de la mañana miraba a una baldosa pensando en el ejercicio, pero algo más:
¡Estaba pensando en mi viaje al Caribe y en su parte más divertida!

Estábamos en la piscina del hotel, a un lado de la misma estaban un hombre y una mujer poniendo música. Justo en ese momento entraron al agua unos estadounidenses, cuando sonaba la canción de "Despacito"; uno de ellos gritó:
"Despacito, my friend".
Y prosiguió con un movimiento de culo; mi padre y yo nos partimos de risa.


Un poco más tarde, a eso de las once, sumergidos en el mundo de las fracciones, mi memoria recordó: 
"Misión recoger máximo número de caramelos
en la cabalgata de reyes".

Fui con mi inexperto abuelo, que insistió en ponerse delante de todo y recibió tal bombardeo de caramelos que se tuvo que echar hacia atrás porque le dolía como si de piedras se tratara.
Cuál fue mi sorpresa, que un hombre que teníamos cerca cayó de bruces cuando intentaba agarrar una chuchería que quedó bajo un coche.

Manuel 

En las baldosas veía bichitos hablándome: una hormiga, un escarabajo y una tortuga. ¡Estaba sorprendido! Pensaba que era como ellos.

La hormiga decía "muuuuuuu", es escarabajo "beeeeeee" y la tortuga "pío pío"; yo me estaba riendo porque me hacían gracia.

Nos fuimos de acampada. Ellos tenían miedo, yo los protegía.

Niko  

Imaginé que en una baldosa había números y divisiones, que iba haciendo mientras nuestro profesor explicaba Lengua; había fallado una en el encerado y no quería que volviese a ocurrir.

Un poco más tarde, vi unas multiplicaciones raras e increíbles: eran con letras y no las entendía.
Mientras intentaba saber qué número eran, mis compañeros trabajaban con fracciones que también había fallado.

Mario

"Dos amigos"

Erase una vez un niño sordo llamado Raúl.
Toda la gente le ignora menos Pablo, su mejor amigo, el único que sabe hablar lengua de signos.
Hacen muchas aventuras juntos. 

Un día, en el colegio, leyeron un papel en el que ponía "Concurso de Talentos". Decidieron apuntarse los dos.
Se fueron a inscribir: Pablo tocaría el piano y el otro la guitarra.

Estaban muy nerviosos por la gente que había observándolos. Actuaron en la sexta posición, lo hicieron tan bien que no paraban de aplaudirles. ¡Y ganaron!

Ana dos Santos

"Una hermana rarísima"

Mi hermana es una niña súper rara. Tiene cara de gato con pequeños bigotes y los ojos de color verde.
¡Incluso tiene mucho pelo! Es de tono rojizo con mechas rubias.
Es muy alta y bastante delgada porque como poco.

Viste con camisas rotas, pantalones viejos y zapatillas con forma de sandía.

Simpática, muy traviesa, un poquito gruñona, pero muy juguetona.

Le gusta meter las manos en el barro y hacer con él figuras.
Disfruta saltando en los charcos y prefiere estar fuera al aire libre que saltando en los charcos.

Ariana