Una mañana, mi madre y yo decidimos gastarle una broma a mi hermano.
Me metí en el baño y me senté en el váter. Al rato, tiré de la cisterna.
Mi madre entró en ese momento y asustada empezó a gritar:
¡Oh, no, Diego ha desaparecido, se ha colado!
Mi hermano, al oírla, entró todo preocupado: ¿Y ahora qué hacemos? Y la miró tremendamente asustado.
De repente abrí las cortinas de la bañera y aparecí. Nos reímos, pero él estaba muy enfadado.
Diego
A broma gustoume moito,a túa nai fixoo moi ben,pobre do teu irmá.
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