Un buen día, un niño llamado Antón salió a jugar con sus amigos. Luego, ellos fueron a hacer los deberes, él siguió dando un paseo y se encontró con un árbol.
Tenía un tronco robusto y muchas hojas.
Estaba cansado de estar solo porque a su alrededor no había otros. Así que le empezó hablar. ¡El pequeño estaba sorprendidísimo!
Se giró para poder escucharle. Le empezó a contar que era muy mayor, que llevaba muchos años allí y que había sido plantado por un niño "El Día del Árbol".
El pequeño de dijo quién era, cuántos años tenía... Y siguieron hablando y hablando hasta que se hizo casi de noche.
Se despidieron y le dijo que lo visitaría todas las semanas; el árbol le prometió que cada día que fuese a verlo le contaría una historia diferente.
Ariana
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