Un día entre la maleza del bosque saltaba un sapito.
Una niña se lo encontró y se lo llevó a su casa, en el palacio de su padre, el rey; pero el animalito no quería estar allí.
Cuando la princesa se enteró, lo quiso soltar, no sin antes decirle:
- Adiós, sapito, te echaré de menos.
Con estas palabras de amor, la siguió y no pararon de perseguirse.
Ya se hacía de noche y se tuvieron que despedir. Decidieron ser amigos para siempre, pero cada uno en su casa.
Una niña se lo encontró y se lo llevó a su casa, en el palacio de su padre, el rey; pero el animalito no quería estar allí.
Cuando la princesa se enteró, lo quiso soltar, no sin antes decirle:
- Adiós, sapito, te echaré de menos.
Con estas palabras de amor, la siguió y no pararon de perseguirse.
Ya se hacía de noche y se tuvieron que despedir. Decidieron ser amigos para siempre, pero cada uno en su casa.
Clara
es muy bonito ver como los dos pueden verse.
ResponderEliminarsaludos
MARINA Y SARA
¡QUE SUERTE TUVO LA NIÑA AL CONOCER AL SAPITO¡
ResponderEliminarES MUY BONITO ,ME GUSTARÍA SER LA NIÑA ,PERO SON MUY BUENOS LOS DOS EL SAPO Y LA NIÑA .
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