Había una vez un niño pobre que tenía muchos sueños.
Un día, paseando por el bosque, encontró un cofre muy antiguo; al abrirlo, lo transportó a un mundo mágico.
¡Qué asombrado estaba! Había de todo: dragones, tortugas gigantes, brujas, hadas …
Un día, paseando por el bosque, encontró un cofre muy antiguo; al abrirlo, lo transportó a un mundo mágico.
¡Qué asombrado estaba! Había de todo: dragones, tortugas gigantes, brujas, hadas …
Cuando caminaba por el bosque, encontró una planta parlante; se asustó, pero le dijo que no temiese, que era buena, y se hicieron amigos.
Como tenía que encontrar el cofre para poder regresar a su casa, la planta llamó a un duende amigo y le preguntó si lo había visto. Le contestó que podía estar en la cueva de un dragón malvado. Hacia allí se dirigieron.
Aprovechándose de que el animal estaba dormido, entraron y vieron el cofre rodeado de muchos tesoros. Pero el dragón se despertó e intentó comerlos, justo cuando el niño abrió el cofre y volvió a su casa.
Pensaba que todo había sido un sueño; pero al meter la mano en el bolsillo, encontró monedas de oro y joyas.
Álvaro
Que suerte tuvo el niño.
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