En vez de dar flores o frutos, da libros, aunque parezca raro.
Por eso, muchos chicos del barrio lo visitan. Los deja pasar y ellos, con una escalerita, descuelgan un libro y se lo llevan para leer en casa. Les pone una única condición: que se lo lleven y lo lean, sin quejas ni devoluciones, porque todos los libros son divertidos si se leen con ganas.
Lo que nadie en el barrio sabe es cómo logró tenerlo. Es un secreto.
Resulta que hace años, estaba leyendo en el fondo de su casa, en una reposera, y se había llevado dos libros. De pronto se nubló y empezó a llover, por lo que él salió corriendo con el que estaba leyendo... ¡Y se le olvidó el otro en el pasto! Ese día llovió muchísimo, y siguió lloviendo continuamente. Cuando al fin paró, fue a rescatar el pobre libro que había dejado a la intemperie, pero no lo encontró: solo vio un agujero en el suelo, como si el libro se hubiera hundido. Se sintió muy mal por semejante olvido en medio del aguacero, y se prometió no hacer nunca más una cosa así.
Lo cierto es que tiempo después, allí mismo, germinó un brote verde. Asombrado, lo empezó a regar, a ver qué planta era: un árbol que, en vez de hojas, flores o frutos, tiene libros.
Ahora, cada vez que está a punto de llover, va corriendo al fondo de su casa y arranca del árbol los libros que cuelgan para que no se mojen; así como tratando de posibilitar que broten otros nuevos.
Carla
Me encanta el dibujo Carla .De Aroa
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