El sábado fui a la compra con mi madre.
Estábamos pagando en la caja cuando, de repente, escuché unos pasos fuertes detrás de mí; avisé a mi madre y nos giramos.
¡Un chico venía corriendo a la velocidad de un rayo!
Detrás de él, los guardias de seguridad; también corriendo, claro. No lo alcanzaban, corría más rápido.
Mi madre me explicó que seguramente había robado y, cuando quiso irse, lo habían visto por las cámaras de seguridad.
Como todo fue muy rápido, no sé explicar bien cuáles fueron mis sentimientos, me dio miedo y me quedé bloqueada...
Mientras bajábamos por las escaleras mecánicas, subía uno de los guardias. El ladrón se había ido al parking y allí no podían detenerle, ya que tendría que ser la policía.
Poco después bajaba la novia, que le preguntó con una voz súper tranquila si había pasado algo, se hizo la inocente.
Su respuesta fue: "Bien lo sabes, tú estabas con él".
Pienso por qué no hicimos algo para detenerlo: empujarlo mientras escapaba, bloquearle el paso con un carrito...
Creo que la gente tenemos miedo de que a nosotros nos pase algo malo, que nos peguen, que nos empujen...
Por eso, creo que todos los encargados de mantener la seguridad deben ser valientes.
Aroa
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