Es una señora que, desde pequeña, siempre montaba un drama, porque se agobiaba con cosas innecesarias.
Nada más levantarse, se vestía, desayunaba, lavaba los dientes y se peinaba. Hacía todo eso lo más rápido posible para llegar a su trabajo pronto; al abrir la puerta, salía corriendo a su oficina diciendo:
- No voy a llegar a tiempo, ¡me van a despedir!
Y luego llegaba veinte minutos antes que los demás; así se aliviaba de todo el drama, mientras esperaba en la puerta.
Siempre comía en el restaurante "Comida exquisita"; ahí siempre pedía lo mismo los lunes y los miércoles; después de que el camarero le tomara nota y se fuera, diez segundos después, Doña Dramas se ponía nerviosa y decía:
- No me han traído lo que pedí, se han olvidado, no voy a tener suficiente energía para todo el día.
Y un minuto después se tranquilizaba mientras comía su plato.
Si dejaba algo en la oficina; por ejemplo, las llaves, corría hacia su trabajo mientras decía:
- Seguramente se han llevado mis llaves y me van a robar. ¡No soy nada responsable!
Al llegar apurada, se daba cuenta que las tenía en el bolso.
Día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año.
Doña Dramas ya estaba cansada de ser una "dramática"; lo que no sabía era que hoy las cosas cambiarían.
Al acabar su jornada, mientras que suspiraba, observó un cartel que decía:
Automáticamente se apuntó a las clases de yoga.Ahora ya no tiene tantos dramas en su vida, y su frase favorita es:
¿Para qué montar dramas si todo tiene solución?
Mar
precioso Mar me encanto la señora dramas
ResponderEliminarMuy bonito Mar, sigue asi.
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