El otro día durante la comida, mientras mis padres me hablaban...
Me fijé que, en frente de mi casa, hay una vivienda amarilla y me pregunté quién podría vivir ahí.
Pensé que serían personas con mucho dinero y que se iban de viaje continuamente; por eso, no las vemos nunca.
Al acabar de comer, le pregunté a mi hermana pequeña, que me contestó que tendría que vivir una persona mayor, ya que en verano se escucha a alguien cortar el césped, así como tirarse a la piscina.
Mientras que parloteaba, mi cerebro pensó:
- ¿Cómo harán para cortarlo diariamente?
- ¿Cuánta gente vivirá ahí?
- ¿Trabajarán de noche y duermen por el día?
Celia, mi hermana mayor, quiso saber qué tramábamos, así que le contamos todo. Nos dijo:
"Una cosa, sabéis que allí no vimos ni entrar ni salir a nadie nunca".
Mar
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