Ayer fui al oculista, era un poco raro. En la consulta, me pareció que los oculistas estaban algo chiflados: en vez de llevar gafas normales, las llevaban con forma de espiral, y trajes de elfos.
Me dieron la caja, era negra y con manchas de colores. Las gafas transparentes y con la patilla verde azulada.
Hoy a la mañana me vestí y me las puse; de repente, todo era colorido y fantástico, los objetos hablaban.
Era todo magnífico, había chuches por todos lados y un río de chocolate al cual no me acerqué ("Charlie y la fábrica de chocolate").
Estuve ahí atrapada hasta que me quité las gafas, y volvió a ser todo normal y aburrido.
¡ME LAS VOY A PONER Y A SOÑAR!
Mar
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