Al acabar el trabajo, julia se fue directa a la playa cercana a su casa. Al llegar se descalzó en la arena y fue a mojarse a los pies.
Tras unos minutos le sorprendió ver algo verde, redondo como una pelota y... ¡Sorpresa! Era una tortuga.
la cogió y empezó a jugar con ella.
El tiempo pasó volando y se tenía que marchar; por eso la dejó, se calzó y se marchó, pero..., ¡la tortuguita la persiguió!
La llevó de vuelta al agua, pero volvió a perseguirla tres o cuatro veces.
Cuando creyó que se había librado de ella, se dio cuenta que se había enganchado a sus pantalones y decidió llevarla consigo. ¡No le quedó más remedio que cuidarla!
Tania
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