Imaginé un mundo donde los bebés eran los adultos, y los adultos los bebés.
Naceríamos siendo adultos y creceríamos hasta ser bebés. Estos andarían, bailarían, conducirían... Yo sería más pequeño que Theo, su cuna sería súper grande así como los carritos de bebés.
Todo sería diminuto; costaría mucho comer porque los tenedores, cucharas y cubiertos serían pequeños; y la comida poca.
¡Menos mal que desperté de la pesadilla!
Guillermo
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