Hola, soy Alexa, y ahora voy a pedir un deseo. ¿Te lo digo? Pues atento.
Es que dejen de mandar los adultos, aunque sé que eso no va a pasar. No se cumple ningún deseo que he pedido a esta fuente, solo tiro monedas a lo tonto; pero esta vez voy a esperar.
Ya en el colegio, no prestaba atención, estaba tan nerviosa. ¿Qué pasaría?, ¿qué perdería? No sé si había hecho lo correcto. Me llamaron cinco veces y no respondí, estaba en las nubes; al final, me castigaron. No me preocupó; llamaron a mis padres y les dijeron que estaba bastante despistada.
Cuando me desperté, estaba en la cama de mis padres y ellos en la mía. ¡Tenía que ir a trabajar, y mis padres al colegio!
Ya en el trabajo me sentí muy rara.
Mi deseo se había cumplido. ¿Valió la pena esperar? Echaba de menos cómo era todo antes: el colegio, mis amigos...
Vera Vázquez
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