Hace unos días estaba leyendo un libro, hasta que me dijeron que apagara la luz y me quedé dormida. Recuerdo el sueño que tuve.
Estaba en una isla desierta. ¿Cómo me di cuenta de que era mágica? Pues estaba debajo de una palmera y descubrí que se movía ella sola; creí que era el viento, pero alrededor no se movían ni las moscas; hacía mucha calor.
La palmera, si me movía, me daba la sombra con sus hojas; tenía mucha sed y, al apoyarme en ella, de repente salía agua de su tronco. ¡Yo alucinada!
Pasaba varios días allí , ella me alimentaba con sus cocos, hasta que apareció un barco y me llevó de vuelta a casa.
Me daba mucha pena despedirme, pero prefería ver a mi familia.
Aroa
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