El último sueño que tuve fue que estaba en una ciudad y, de repente, al abrir y cerrar los ojos, me transporté al mundo de los dulces.
Allí había árboles de algodón de azúcar, plantas y gusanos de gominolas... Todo para mí sola.
Estaba tan nerviosa que comí todo; pero me oasé todo el tiempo vomitando mi estómago lleno.
¡Ojalá se cumpliese! Estaría contentísima.
Aroa
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