Mi monstruo sería un fantasma bruja, que haría brujerías con su varita; y asustaría a niños y mayores.
Había convertido el maletín de Genaro en una rana; las fichas y los ejercicios tenían las letras al revés... Por lo que se asustó y nos mandó al recreo.
Al intentar escribir en los folios, las letras se movían y aparecían en otros idiomas.
Fue a hacer unas fotocopias y los folios salían sin nada escrito, blancos.
A Fantabrú le gustaba que los niños jugasen más tiempo en el patio.
Ya de vuelta a la normalidad, tuvimos que trabajar el tiempo perdido.
Diana
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