El primero de diciembre del 2.020.
En el centro de Valencia.
Yoel, de nueve años, y un gato callejero.
Un enorme incendio en un edificio de veinte pisos, que supuestamente llevaba varios meses abandonado, alertó a los vecinos cuando vieron y escucharon pedir auxilio a un niño por la ventana del décimo piso.
Los bomberos estaban actuando con rapidez y, como un milagro, un gato callejero había guiado a Yosel hasta la salida del edificio.
Todo quedó en un susto; al gato se le puso el nombre de Valiente y se le dio la medalla al valor.
Joan
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