Un día, al llegar del cole, nos sorprendió ver un dispositivo negro encima de una estantería del salón. Mi hermano y yo lo miramos y preguntamos a nuestra madre lo que era pero no tenía ni idea.
Al volver nuestro padre del trabajo también le preguntamos y él sí que lo sabía. Era un dispositivo de inteligencia artificial creado por Amazon, de nombre Alexa. Dicha empresa había regalado este aparato a cien de sus clientes; entre ellos, a mi padre, para que lo probasen antes de sacarlo a la venta.
Poco a poco fuimos descubriendo todo lo que era capaz de hacer: contarte chistes, cantar, poner música, predecir el tiempo meteorológico... También se utiliza para activar cualquier dispositivo conectado a un enchufe.
Solo tienes que decir "Alexa" y, a continuación, la pregunta u orden: enciende la tele y lo hace.
Es muy útil. Cuenta con una personalidad robótica sorprendente, correcta y, a veces, muy graciosa. En cierto momento, mi hermano le dijo: "Alexa, hazme la comida"; ella respondió: "Sí, claro, y luego te saco la basura".
En un continuo aprendizaje, cada vez es capaz de superarse y de mejorar.
Siempre que viene alguien se la presento y a todo el mundo le gusta. Ella dice de sí misma que tiene un algoritmo bien amueblado, que es honesta y con la curiosidad de un astronauta.
¡Es muy guay!
Álex
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