Un día soleado los parisinos vieron algo muy raro al lado del Louvre: ¡Era un león!
Corrieron asustados mientras que él rugía fuerte.
El alcalde ordenó a a todos los zoos a ir a por el mamífero. Todos seguían con miedo; sin embargo, los policías, los bomberos y los de control de animales no parecían estarlo mucho.
El animal no paraba de rugir sin parar y de correr muy rápido. Los especialistas no podían atraparlo a pie; entonces, fueron a buscar sus camiones, coches y furgonetas.
De repente, una chica llamada Lucía lo tranquilizó con carne y lo llevó hasta el zoo del que había escapado. Por ello, se convirtió en trabajadora de allí.
Al poco tiempo, vio muchas jaulas abiertas de gorilas, rinocerontes, tigres y otros depredadores. Tuvieron que llamar a todas las autoridades para lograr llevar a los animales perdidos a su lugar de salida.
Lola
No hay comentarios:
Publicar un comentario