El miércoles 26 de septiembre me regalaron una hembra de un loro; como ya le llamaban Kika se quedó con ese nombre.
Tardó unas semanas en venir pero una noche que llegué estaba en la sala. ¡Me quedé con la boca abierta!
Tiene cinco meses, la estoy enseñando a hablar, sólo emite chillidos. No sabe volar, así que solo quiero que lo pase muy bien con nosotros
Carlos
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