Soy un monstruo, os voy a contar mi historia en una noche del 31 de octubre.
Estaba jugando con mis amigos al tenis y de pronto escuchamos unas risas de unos niños que se acercaban; como no nos podían ver, nos fuimos a esconder detrás de unos árboles.
Una vez pasaron de largo, quisimos volver, pero no nos dimos cuenta: faltaba un niño por pasar...
Llegó a nuestra zona y empezó a sacar fotos, estábamos nosotros más asustados que el humano. Le pedimos que guardase silencio y no comentase nada; como era un sinvergüenza, quería contárselo a todo el mundo; sólo aceptó a cambio de que bailásemos el "swish-swish". No nos quedó otro remedio.
Ana Pereira
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