El vaquero es alto, con un ojo de cristal y con muchos pelos en la nariz.
Es alegre y un poco gruñón, aunque muy divertido.
Todos los días come patatas, zanahoria, lechuga, carne, y de postre un batido de fruta.
Juega con niños de cinco años, con los que se divierte mucho.
Joaquín quería un potrillo para cuidarlo y cuando se hiciese mayor montar en él. Tenía que ir al mercado de ganado, al Oeste; por lo que decidió comprar una carreta para poder llegar.
Así pudo cumplir su sueño.
Antía
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