sábado, 7 de noviembre de 2015

"Descripciones hiperbólicas" (VII)

No se pueden diferenciar por su belleza estas amapolas del invierno. Delgadas como el tallo de una rosa.

Si seguimos el alfabeto:

- La primera: ojos de plata y de cacao, nariz pequeña, la dulzura de su hablar, el color escarlata de sus pequeños labios, pelo de chocolate, el ángel de su cara risueña que reina en su interior... ¡Y la arena de su tono de piel!

- La segunda: la preciosidad de su mirada marrón verdosa, el perejil de su pelo, la hermosura de su rostro, las lunas de sus orejas,  y una voz tan dulce que te anima.

Ropa de arco iris.

Ágiles y rápidas como una gacela.

Son tal para cual: inteligentes, muy trabajadoras y sinceras. Divertidas, adorables, tranquilas como el mar en calma ( a veces no) y alegres sin pausa.

Ayudan a los demás, igual que un médico, los apoyan y juegan con todos; si se enfadan... ¡Ufff! Son un poco testarudas., pero admirables por su bondad.

Recíprocamente, su mejor alma: la confianza y el compartir sus mejores momentos. 

Bailarinas de verdad. Amantes de los animales.



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